Zoonosis Parte 1

Hola lectores de este mencionado blog, hoy quiero compartir con uds una pequeña información médica relacionada con los animales, me imagino tendrán una mascota, espero que sirva de algo este contenido para tener más cuidado con la higiene de sus animales hogareños (o los que merodean por sus hogares).

El contenido de la información la dividiré en 4 partes ya que es muy extenso el tema (y eso que pondré un resumen de cada uno), en cada parte pondré las enfermedades más probables a contagiarse…
Se considera Zoonosis toda enfermedad transmitida por insectos y animales (vectores) al ser humano. Entre estas se cuentan, por ejemplo, el paludismo, dengue, alacranismo, oncocercosis, leishmaniosis y ricketiosis, cuyos agentes son las moscas alacranes, escorpiones, pulgas, chiches y gusanos que se encuentran en la tierra y que entran al sistema humano a través de la piel. 




También existen enfermedades transmitidas por animales de mayor tamaño, como por ejemplo: la rabia, la toxoplasmosis, triquinosis, enfermedad de Creutzfeldt-Jakob y el hanta; enfermedades cuyos agentes vectores son: el perro, el gato, el cerdo, las vacas y el ratón de cola larga. 




Así, estás enfermedades adquieren cada vez mayor importancia debido al constante aumento de la población humana, lo que supone que aumentan las posibilidades de transmisión de enfermedades conocidas, así como el surguimiento de otras desconocidas o aún sin tratamiento, producto de que cada vez más la civilización conquista o comparte habitats que antes pertenecían a los animales y a los insectos. 

Estos son algunos ejemplos de las enfermedades que se pueden contagiar y cómo prevenirlos:



1. Enfermedad por arañazo de gato 




Se trata de una enfermedad de origen bacteriano ya que aunque todavía no se ha aislado el agente causal, en el examen de ganglios linfáticos de pacientes de esta enfermedad, se han encontrado, en el 80%; de los casos, pequeños bacilos Gram negativos. También se ha considerado producida por virus y clamidias. Se trata de una enfermedad esporádica, aunque se han detectado pequeños brotes familiares. El 75% de los casos se presentan en niños. En climas templados es más frecuente en otoño e invierno, en climas cálidos no hay diferencias estacionales. 




El hecho más sobresaliente de la epidemiología es la relación causal con un arañazo o mordedura de gato, cerca del 65% de los pacientes fueron arañados o mordidos por gatos y el 90% de los casos tuvieron algún contacto con estos animales, hay dudas sobre si el gato es un huésped del agente etiológico o simplemente un vector mecánico. Sin embargo se han observado casos en los que la lesión en la piel fue infringida por objetos inanimados: astillas, alfileres, espinas, etc. 




Desde la inflicción de la herida por arañazo o mordisco (a veces por objetos inanimados) hasta la aparición de los síntomas en el hombre transcurren de 7 a 20 días. En cerca del 50% de los casos se observan lesiones primarias en el lugar de la inoculación que consisten en úlceras con un área de eritema alrededor o con pápulas eritematosas, pústulas o vesículas. 




Hay inflamación del ganglio linfático de la zona, normalmente en el codo, axila, cuello, muslo o ingle que persiste de unas semanas a varios meses, por lo general es dolorosa y supura en el 25% de los casos. Una alta proporción de pacientes presenta síntomas de infección sistémica con fiebre ligera y de corta duración y menos frecuentemente, escalofríos, anorexia, malestar, dolores generalizados y vómitos. 




En general la enfermedad es benigna y cura espontáneamente sin dejar secuelas pero en ocasiones hay complicaciones: síndrome oculoglandular, encefalitis, lesiones osteolíticas o púrpura trombocitopénica. El diagnóstico se realiza por la prueba intradérmica de Hanger-Rose; el antígeno se prepara suspendiendo el pus de un abceso ganglionar de un paciente en solución salina y se calienta a 60ºC durante 10 horas, se inoculan 0.1 cc y el resultado se puede observar a las 48 horas, se considera positivo si hay un edema de 0,5 cm. Y un eritema de 1 cm. Su control se limita a evitar arañazos o mordeduras de gato. 






2. Babesiasis 



Producida por Piroplasmas de la familia Babesidae, Babesia canis en el caso del perro. 
Se transmite por garrapatas del género Dermacentor. En el hombre es rara y produce postración, fiebre, anemia hemolítica, hemoglobinuria (hemoglobina en orina que le da color rojo), ictericia, hepato y esplenomegalia (aumento de tamaño del hígado y el bazo) y artralgia (dolor articular). 

En el perro, tras una incubación de 3 a 10 días produce fiebre, anorexia (falta de apetito), diarrea, ictericia, anemia hemolítica, hemoglobinuria, ataxia, insuficiencia hepática. Hay formas atípicas respiratorias con larigotraqueobronquitis y edema pulmonar, digestivas con gastroenteritis o constipación, cardiacas con miocarditis y ascitis, oculares con uveítis e iridociclitis, nerviosas, genitales, reumáricas, cutáneas, etc. 




Su control se limita al uso de repelentes e insecticidas contra garrapatas en collares, lociones, baños, etc. 






3. Ascaridiosis 




Producida por Nematodos de los Géneros Ascaris, Toxascaris, Toxacara que pueden encontrarse en el intestino, hígado, pulmón, etc. de perros y gatos. La transmisión es directa de animal a animal o de animal a hombre o a través del suelo, agua, verduras, u objetos donde existan huevos del parásito o por vectores pasivos. 




En el hombre afecta más a los niños con una tasa de infestación y carga parasitaria mayores. En los perros y gatos también es más frecuente en cachorros y más en verano. 




Tanto en el hombre como en los animales la fase inicial se caracteriza por sintomatología respiratoria y corresponde al daño que producen las larvas en su migración pulmonar: fiebre, disnea, tos espasmódica, etc. En la fase intestinal, por Ascaris adultos, cuando la carga es baja generalmente es asintomática, pero cuando hay gran número de parásitos se producen cólicos, diarrea, vómitos, a veces de parásitos, llegando a la obstrucción intestinal. La migración errática de larvas puede producir lesiones en cerebro, ojos y riñones. 




Su control requiere: Desparasitación preventiva y regular de los perros y gatos con nematocidas como Pirantel, Mebendazol, etc.; Eliminación higiénica de heces de animales infestados: Higiene y educación sanitaria en personas. 



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